Sacerdotes de Santiago culminan retiro anual

Ago 22, 2025

Con la participación de 45 presbíteros, la Vicaría para el Clero realizó el retiro del segundo semestre entre el 18 y el 22 de agosto en la Casa de Retiro Lo Cañas, guiado por el padre Carlos Ponza.

Entre el 18 y el 22 de agosto, 45 sacerdotes de la diócesis de Santiago participaron del retiro anual del segundo semestre en la Casa de Retiro Lo Cañas, en La Florida, organizado por la Vicaría para el Clero. El coordinador del retiro fue el padre Rodrigo Quintanilla, con la colaboración del diácono Héctor Baeza, y tuvo como predicador al padre Carlos Ponza. La jornada concluyó con una eucaristía en la memoria de Santa María Virgen Reina, fiesta en la que el Papa León XIV convocó a un día de oración y ayuno por la paz en el mundo. 

El vicario para el Clero, Mons. Luis Migone, explicó la importancia de esta instancia: “Es una indicación muy saludable de la Iglesia que los presbíteros tengan un retiro de 5 días, por lo menos una vez al año, para detenerse, recogerse y poder leer la propia historia, lo que Dios está haciendo con nosotros. Eso es muy importante. Ojalá también lo hicieran todos los laicos”.

Durante el retiro, el padre Carlos Ponza, predicador del encuentro, guió la reflexión a partir de textos bíblicos como el libro de Jonás, la figura del profeta Elías y pasajes de los Evangelios de Lucas y Juan. “Un retiro busca renovar el deseo de entregarnos al Señor y agradecer el don de la vocación. Cuando uno entra en contacto con la Palabra de Dios, redescubre su identidad y la llamada de Dios”, explicó.

Para los sacerdotes más jóvenes, como el padre Gerardo González, vicario de la parroquia Cristo Resucitado de Maipú, el encuentro fue un impulso espiritual: “Más allá de sacar buenas frases o propósitos, lo central es volver a desear a Jesús y buscarlo, para después transmitirlo en la parroquia y a las personas”.

El padre Roberto Espejo, con casi 60 años de sacerdocio, valoró la experiencia: “Muy buena la experiencia, un buen predicador, muy buena fraternidad, una casa muy buena. Todo, todo. Un siete”. 

El sacerdote Rodrigo Quintanilla, coordinador del retiro, señaló: “Más que nada me tocó avisar y ayudar a coordinar. La Vicaría organiza muy bien las cosas, entonces no es una gran carga. Fue una buena experiencia, con un buen ambiente en el clero. El padre Carlos nos ayudó a profundizar en el ministerio y en nuestra fidelidad”. 

La semana de retiro concluyó con una misa de acción de gracias, en la que los sacerdotes encomendaron a la Iglesia de Santiago y a sus comunidades a la intercesión de la Virgen María, agradeciendo este tiempo de oración, reflexión y fraternidad.