Personal, profesionales y voluntarios celebran el jubileo del área salud

Ago 19, 2025

La Eucaristía, presidida por Mons. Alberto Lorenzelli, reunió a médicos, enfermeras, capellanes y voluntarios para agradecer su entrega y acompañar con esperanza a los enfermos en medio de la fragilidad.

Santiago, 19 de agosto de 2025. En el Hospital Clínico de la Universidad de Chile Dr. José Joaquín Aguirre se celebró el Jubileo de los enfermos y el mundo de la salud, una de las actividades centrales del Jubileo de la misericordia. La misa fue presidida por el obispo auxiliar de Santiago, Mons. Alberto Lorenzelli Rossi, y concelebrada por el vicario para la Misericordia, Pbro. Pablo García-Huidobro, junto a capellanes de distintos hospitales. La celebración contó además con la participación de diáconos, religiosas y voluntarios de la pastoral de la salud, quienes acompañaron en la liturgia y en la oración comunitaria.

Este Jubileo de los Enfermos, celebrado en el marco del Jubileo de la Misericordia y del Año Jubilar de la Esperanza, puso en el centro a los enfermos, recordando que en su fragilidad se hace presente el amor de Dios. Además de la Eucaristía, los asistentes pudieron acercarse al sacramento de la reconciliación en la capilla del hospital y participar en mesas de escucha y acompañamiento.

En su homilía, Mons. Alberto Lorenzelli invitó a los presentes a recorrer el camino del Buen Samaritano como modelo para el mundo de la salud. “El samaritano supo transformar su herida en solidaridad; igualmente, todos los que ayudan parten de la premisa de que ellos mismos están heridos y llamados a un trabajo de autocuración constante”, señaló.

El obispo destacó seis actitudes que iluminan la tarea de médicos, enfermeras, voluntarios y agentes pastorales: ver, tener compasión, acercarse, vendar heridas, acompañar y colaborar. “Cada hospital es una catedral y cada cama de enfermo es un altar”, expresó con fuerza, agradeciendo la paciencia y entrega de quienes trabajan día a día por los enfermos (descargar homilía completa). 

Por su parte, el vicario para la Misericordia, Pbro. Pablo García-Huidobro, agradeció la amplia participación en este encuentro: “Ha sido realmente maravilloso ver a directores, capellanes, religiosas, diáconos y voluntarios unidos en este jubileo. Mientras más cerca estamos de los enfermos, más cerca estamos del Señor”.

Reflexionando sobre el significado del jubileo, agregó: “Cuando nosotros vivimos desde el Señor, desde el corazón, tenemos esa paz y esa alegría para poder compartirla con nuestros hermanos. Y también cuando una mano generosa se acerca a una mano que está más enferma, experimenta la alegría, la paz del Señor. Por eso este es un jubileo, una alegría de compartir todos juntos, también con personas que no son católicas o otros, creo, la alegría de servir juntos al hermano a la luz de la eternidad”.

Durante la misa se presentaron ofrendas que simbolizaron la vocación sanitaria, un estetoscopio, un delantal médico, pan y vino, como signo de gratitud y entrega. 

Al finalizar, antes de recibir la bendición, se hizo un gesto especial de reconocimiento a los directores de hospitales y clínicas, entregándoles un presente en señal de gratitud por su servicio a los enfermos y por el compromiso con el cuidado de la vida.

El Jubileo de los Enfermos fue una ocasión de fe y esperanza, que recordó la misión de la Iglesia de acompañar a los más frágiles, valorando el servicio de quienes trabajan en el mundo de la salud y renovando el llamado a humanizar el cuidado de cada persona.