Mons. Alberto Lorenzelli en el Jubileo del Mundo de la Educación en Roma

Nov 3, 2025

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El obispo auxiliar de Santiago y responsable del área de Educación de la Conferencia Episcopal de Chile participó en el Jubileo del Mundo de la Educación, encuentro convocado por el Dicasterio para la Cultura y la Educación del Vaticano, que reunió a representantes de más de 100 países para renovar el compromiso con una educación integral, fraterna y con sentido de fe.

Entre el 27 de octubre y el 1 de noviembre de 2025, Roma fue el escenario del Jubileo del Mundo de la Educación, uno de los grandes encuentros internacionales del Año Jubilar de la Esperanza, con el propósito de reavivar la esperanza en el ámbito educativo y promover una alianza global por el futuro. En representación de la Iglesia chilena participó Monseñor Alberto Lorenzelli, obispo auxiliar de Santiago y responsable del área de Educación de la Conferencia Episcopal, quien compartió jornadas de reflexión, oración y diálogo junto a educadores de todo el mundo, y tuvo la oportunidad de saludar personalmente al Santo Padre durante la audiencia dedicada al mundo educativo.

El Jubileo del Mundo Educativo forma parte del calendario oficial del Año Jubilar de la Esperanza 2025. En este marco, el Dicasterio para la Cultura y la Educación del Vaticano organizó una semana de encuentros, conferencias, celebraciones y espacios de diálogo que reunieron a docentes, investigadores, religiosos, jóvenes, estudiantes y familias para renovar el sentido espiritual y humano de la educación.

“El Jubileo de la Educación nos recuerda que educar es un acto de esperanza”, señaló Mons. Lorenzelli. “La educación católica está llamada hoy a volver a poner a la persona en el centro, reconociendo su dignidad como hijo o hija de Dios. Como afirma el Papa León XIV en Testimonium Veritatis, ‘toda educación que no reconozca el misterio del hombre creado a imagen divina se vacía de verdad y se convierte en mera instrucción’”.

“En Chile muchas veces la educación está muy orientada a resultados, a pruebas y rendimientos. El énfasis en la interioridad nos invita a considerar el ser del estudiante: su sentido, su valor, su vocación, su dignidad”.

Durante su estadía en Roma, Mons. Lorenzelli participó en diversas actividades del Jubileo, entre ellas la Misa de apertura con las universidades pontificias y el encuentro internacional “Educational Constellations, Un pacto con el futuro”, que reflexionó sobre la educación como una red viva de relaciones. “La noción de ‘constelaciones’ da pie a pensar en cooperación, diversidad de carismas y complementariedad”, explicó. “Este tipo de encuentro puede inspirar a los educadores chilenos a ver su labor no como una rutina aislada, sino como parte de una misión global, en comunión y con visión de futuro”.

El Papa León XIV propuso renovar la educación desde cuatro ejes fundamentales: la interioridad, la unidad, el amor y la alegría. En palabras del Santo Padre, “la educación debe atender la interioridad de la vida y formar la persona entera; debe ser humana y humanizadora”. Mons. Lorenzelli comentó: “En Chile muchas veces la educación está muy orientada a resultados, a pruebas y rendimientos. El énfasis en la interioridad nos invita a considerar el ser del estudiante: su sentido, su valor, su vocación, su dignidad”.

Sobre la unidad, añadió: “El Papa habla de constelaciones de instituciones, de muchas realidades que convergen en una mirada común. En Chile esto implica superar divisiones entre lo público y lo privado, entre regiones, entre generaciones. Nos invita a colaborar y a reconocernos como parte de una misma misión educativa”.

En cuanto al amor, el obispo recordó que “enseñar es levantar a la persona, es un acto de misericordia. La educación no puede ser solo un instrumento para el mercado, sino un camino de acompañamiento, cuidado y dignidad”. Y sobre la alegría, afirmó que “no es frivolidad, sino la convicción de que educar es esperanza. Nos invita a recuperar el entusiasmo, el sentido y la comunidad, incluso en contextos difíciles. El llamado del Papa nos ayuda a revisar no solo el ‘qué’ y el ‘cómo’, sino el ‘para qué’ de la educación”.

En su carta apostólica Diseñar nuevos mapas de esperanza, el Papa León XIV exhortó a “educar inteligencias que razonen con amor y corazones que sirvan con sabiduría”. Mons. Lorenzelli expresó que esas palabras “resumen la esencia de lo vivido en Roma: educar es servir con sabiduría y con amor, es aprender a convivir en la verdad que libera y en la caridad que une”.

Finalmente, el obispo señaló que “volver a Chile después de esta experiencia significa asumir un compromiso renovado. La educación es un camino de esperanza y de paz. Debemos poner nuevamente a la persona en el centro y formar comunidades educativas más humanas, solidarias y alegres. El futuro de la humanidad pasa por el aula, y el aula es el lugar donde la esperanza se hace carne”.

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