Un tiempo para celebrar la vocación de educar, compartir experiencias y renovar el compromiso con una escuela que forme desde la fe, la alegría y el encuentro.

Educadores, equipos directivos y académicos llegaron el martes 4 de noviembre al auditorio Francisco Rosende de la Pontificia Universidad Católica de Chile para participar del Congreso de Educación Escolar Católica, con el que la Iglesia de Santiago dio inicio a la celebración jubilar de la educación. El encuentro abrió el camino jubilar para el ámbito escolar, con el llamado a fortalecer la vocación docente, cuidar la vida interior y construir comunidades de esperanza.

El tema central del congreso fue “Formar comunidades de esperanza”, lema que fue profundizado por el cardenal Fernando Chomali, arzobispo de Santiago, en su ponencia inaugural. “Educar es un acto de esperanza y una pasión que se renueva con la promesa del futuro que esperamos para la humanidad”, señaló.

El cardenal invitó a los presentes a preguntarse sobre la cultura que se está generando en los colegios católicos hoy, recordando que “la cultura es lo que cambia a las personas en un sentido u otro”. En alusión a la carta apostólica del Papa León XIV “Diseñar nuevos mapas de esperanza”, destacó que “es momento de renovar una mirada educativa distinta: el colegio es un lugar de cambio que requiere sensibilidad para reconocer que trabajamos con personas”.

Al finalizar su intervención, recalcó tres elementos esenciales para la formación de comunidades de esperanza: la vida espiritual, la sabiduría en el uso de la tecnología y la formación de comunidades que aprendan a servir con alegría y paz.

Educar desde la fe y el compromiso 

El congreso contó con dos paneles de diálogo. El primero, “Escuela católica y esperanza”, reunió a la académica Paola Sevilla, el decano Klaus Droste, el exministro de Educación Raúl Figueroa y la presidenta ejecutiva Bernardita Yuraszeck. 

Klaus Droste, en su exposición sobre liderazgo cristiano, destacó que “quien ocupa un lugar de liderazgo o poder tiene la obligación de velar por otros. La autoridad cristiana es un servicio”.

Por su parte, Raúl Figueroa señaló que “la escuela es un lugar favorecido para encontrar sentido, y ese sentido está en la esencia del ser humano, que es la trascendencia. En el caso del profesor, su labor implica entregar su capacidad para que otros puedan trascender”. 

Cerrando el panel, Bernardita Yuraszeck subrayó que una gestión pedagógica con sentido cristiano requiere claridad y coherencia: “Lo primero es tener claro para qué existen como comunidad educativa; lo segundo, generar la convicción de que eso es posible; y finalmente, gestionar espacios de gratificación que destaquen las buenas prácticas”.

El segundo panel abordó los aportes de las humanidades, las ciencias sociales y la sociedad civil al fortalecimiento de la cultura escolar, el vínculo con las familias y las alianzas colaborativas. Participaron el decano de la Facultad de Humanidades y Comunicaciones de la Universidad Finis Terrae Gonzalo Letelier, el académico de la Universidad de los Andes Jorge Blake y la directora ejecutiva de Fundación MC Alejandra Grebe. El diálogo fue moderado por la directora de Postgrado de la Universidad Gabriela Mistral Alejandra Santana.

Gonzalo Letelier destacó que “la familia, por su propia estructura, es un signo de esperanza y, por extensión, también lo es la escuela. Que haya familia significa proclamar al mundo que es posible el amor gratuito”. 

Jorge Blake añadió que “la religiosidad es un factor protector que da sentido y permite, en medio de la adversidad, superar las dificultades. La esperanza verdadera tiene que ver con restaurar la conciencia de ser hijos y vivir esa experiencia de amor primero, gratuito e incondicional”. 

Por su parte, Alejandra Grebe subrayó el valor de la alianza entre familia y escuela: “Todo lo que ocurre en la escuela crea cultura, y el desafío es crear una cultura de alianzas que permita experimentar esperanza. Cuando familia y escuela trabajan juntas, mejora el aprendizaje, la convivencia y el desarrollo integral de los estudiantes”. 

El delegado episcopal para la Educación y la Cultura Gerardo Boetsch agradeció la amplia participación en esta primera actividad del Jubileo de la Educación, e invitó a continuar este camino con alegría: “Los invitamos a que en esta semana renovemos nuestro amor a Dios y nuestra vocación educativa”.

Educadores que viven la misión

Los participantes valoraron profundamente este inicio del Jubileo, destacando la oportunidad de detenerse, reflexionar y renovar la esperanza educativa desde la fe. La directora del Colegio Cristóbal Colón de Conchalí Romina Vázquez señaló: “Ha sido un espacio muy importante para detenernos y reflexionar sobre nuestra misión como colegio católico. Es fundamental renovar la esperanza, pero también la fe y la trascendencia, para transmitir esto a nuestros estudiantes”.

La coordinadora de informática educativa del Colegio Santa Teresita del Niño Jesús María Consuelo Villegas expresó: “Hace mucho que no participaba en algo así, y ha sido maravilloso reencontrarme con personas que creen que el futuro y la esperanza están en nuestro Señor. Educar con eso adentro es lo más grande que nos puede pasar”.

El sostenedor del Colegio San Luis Beltrán de Pudahuel Ignacio Silva comentó: “Fue muy valioso reencontrarnos con otros que comparten el mismo llamado. Nuestros colegios responden a una misión más profunda: el llamado del Evangelio. Eso nos anima a seguir”.

Desde el ámbito universitario, el director de Ética y Transformación Social de la Universidad San Sebastián Ignacio Hüe destacó la importancia de la vida interior: “Lo más valioso ha sido la invitación a poner siempre el corazón en Jesús. Todo, las alegrías, los desafíos y la enseñanza, se transforma cuando Él está en el centro”.

Caminar juntos en esperanza

El Jubileo de la Educación y la Cultura continuará con distintas actividades y encuentros en los próximos días, invitando a toda la comunidad educativa a seguir caminando juntos en este tiempo de gracia, para renovar desde la fe la pasión por educar y servir a las nuevas generaciones.

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