Santiago, 4 de diciembre de 2025. Al entrar al templo, los asistentes se encontraron con una imagen que invitaba al silencio: las escalinatas del altar estaban completamente iluminadas por decenas de velas, cuidadosamente dispuestas en cada peldaño. Esta luz cálida ascendía hacia el presbiterio, donde el altar, también rodeado de velas, ofrecía un marco luminoso que realzaba el mural de Santo Tomás y daba al espacio un aire contemplativo y espiritual.

La atmósfera creada por la iluminación acompañó de manera perfecta el repertorio del coro “Cantando desde el Alma», que interpretó una selección de cantos religiosos y piezas cargadas de emotividad. Entre ellas destacaron “Señor, ¿a quién iremos?”; “Un sueño imposible”, del musical El Quijote; “Déjate”, entre otras.  La música, acompañada por la tenue luz de las velas, envolvió al público y generó un ambiente de recogimiento que muchos describieron como profundamente necesario en estos tiempos.

La agrupación Cantando desde el Alma, formada en 2015 con la intención de ofrecer un espacio donde la música se transforme en oración, interpretó cada pieza con una sensibilidad que permitió que las melodías se vivieran no solo como un espectáculo artístico, sino como un momento espiritual compartido. Voces, cuerdas y vientos resonaron con claridad en la nave central, mientras la comunidad escuchaba en silencio, atenta a cada frase musical.

El párroco, padre Manuel Reyes, también participó de la jornada y entregó unas palabras que subrayaron el sentido de esperanza y encuentro que animó el concierto. “Siempre la belleza nos alegra el corazón y sabemos que puede cambiar el mundo, especialmente en este contexto de vulnerabilidad”. 

Los artistas expresaron su gratitud por la acogida y la emoción generada durante la presentación, destacando la conexión profunda que se dio entre la música y la comunidad. Nicole Kawas, una de las cantantes de la agrupación, manifestó que esta era una idea anhelada hace mucho tiempo: llevar la música a sectores donde las personas tienen menos acceso a este tipo de eventos. “Fue un milagro, es nuestro sueño hecho realidad”.

Varios asistentes compartieron su impresión sobre la puesta en escena, señalando que la imagen del altar iluminado y las escalinatas repletas de velas fue uno de los elementos más bellos y significativos de la tarde, un símbolo de paz que invitaba a detenerse y a mirar la vida con mayor esperanza. Cristina Bernal calificó el concierto como “hermoso” y agregó que se siente agradecida por la oportunidad: “estos momentos maravillosos permiten contemplar al Señor de otra forma, a través del canto y de la oración”. 

El concierto finalizó con un largo aplauso y con la invitación a seguir promoviendo instancias donde la música, la fe y el encuentro comunitario se unan para renovar el ánimo y fortalecer la esperanza de la comunidad.

Conoce más de nuestras actividades en nuestras redes sociales (@iglesiadesantiago) y en nuestro canal de WhatsApp, clic AQUÍ