Santiago, 6 de diciembre de 2025. Niños y niñas provenientes de distintas zonas pastorales llegaron desde temprano, muchos acompañados por sus familias y coordinadores, para vivir una jornada de comunidad y aprendizaje que se extendió hasta pasado el mediodía. 

La mañana comenzó con un momento de acogida, donde cada equipo recibió stickers y colores distintivos que luego servirían para las actividades grupales. Tras la bienvenida inicial, el auditorio se llenó de aplausos, cantos y dinámicas que permitieron a los acólitos presentarse, conocerse y entrar en confianza para todo lo que vendría.

Uno de los momentos más esperados fue el Rally de la Esperanza, un recorrido por distintas estaciones, preparadas por religiosas, coordinadores y voluntarios, donde los acólitos pudieron reflexionar, jugar y profundizar en el sentido de su servicio litúrgico. Mapas, símbolos, desafíos y preguntas guiaron a los participantes por un circuito orientado a fortalecer la fraternidad, el compromiso comunitario y la identidad de quienes sirven en el altar. 

La jornada continuó con un significativo encuentro con el Cardenal Fernando Chomali, quien se reunió con los acólitos en un diálogo cercano donde los animó a vivir con alegría su servicio a la Iglesia. “Hagan siempre el bien, aunque a veces cueste. Agradezcan a sus papás todo el cariño y la preocupación que tienen por ustedes. Sepan que son hijos e hijas profundamente amados por Dios, y que Él valora el servicio que entregan en el altar. Ustedes son importantes para sus familias y para la Iglesia. Manténganse siempre cerca de Dios, recen con confianza y, por favor, esfuércense en el colegio: todo eso también habla del amor que llevan en el corazón”, les señaló el Cardenal Chomali.

Posteriormente se realizó un momento especialmente emotivo: la bendición de las túnicas, donde los niños y niñas se unieron en oración junto al Cardenal.

La alegría del encuentro

Pía Bravo, de la parroquia San Esteban consideró que el encuentro fue muy interactivo, con actividades que permitieron pasar una jornada entretenida y enriquecedora. Sobre su servicio en el altar, señaló que “para mí es un momento de paz. Estar en el altar es como relajarme y encontrar a Dios”.

Maximiliano, de la parroquia Juan Pablo II, comentó: “me pareció increíble conocer al Cardenal. También conocí a nuevas personas que me cayeron bastante bien. Se sintió un ambiente familiar y alegre”.

El encuentro concluyó con un momento fraterno, marcado por sonrisas, fotografías, conversaciones y el agradecimiento por una mañana que fortaleció la comunión y renovó el entusiasmo por servir a Jesús en el altar.

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