Desde las primeras horas de la madrugada, cientos de personas comenzaron a llegar hasta el Cerro San Cristóbal para participar de la celebración de la Inmaculada Concepción en su santuario. 

Santiago, 8 de diciembre de 2025. A partir de las 6:00 de la mañana, familias, jóvenes, adultos mayores y comunidades completas emprendieron la subida hasta el Santuario Inmaculada Concepción, en una jornada marcada por el intenso calor, la oración y la profunda devoción mariana que caracteriza esta tradicional fiesta, que además marca el cierre del Mes de María en nuestro país.

Durante toda la jornada se celebraron Eucaristías en distintos horarios, las que fueron presididas por los obispos auxiliares de la Arquidiócesis de Santiago, permitiendo que miles de fieles pudieran vivir este encuentro de fe según sus posibilidades.

El momento central fue la Misa de las 12:30 horas, presidida por el Arzobispo de Santiago, el cardenal Fernando Chomali, quien animó a los asistentes a vivir con humildad, docilidad y confianza en Dios, siguiendo el ejemplo de la Virgen María.

En su homilía, el cardenal expresó:

“Lo propio nuestro, hermanos y hermanas, es reconocernos necesitados de Dios y mirar al Señor para que hagamos lo que Él nos dice. Sin Él no podemos hacer nada, como lo demuestra la Santísima Virgen María. Ella no comprendía todo, no comprendió el anuncio del ángel, pero fue dócil a su espíritu y dijo: ‘Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad’”.

Y agregó: “Animémonos mutuamente a hacer la voluntad de Dios, que es paz, generosidad y sabiduría… Animémonos a cambiar el mundo cambiando nosotros mismos. Construyamos una sociedad más justa de la mano de María, que no defrauda”.

Antes de la oración final, el cardenal invitó a los fieles a difundir el mensaje cristiano a través de las redes sociales, pidiéndoles que encendieran sus celulares y grabaran un breve mensaje que él mismo proclamó: “Inundemos las redes de fe, inundemos las redes de esperanza y, tercero, de amor a Dios, al prójimo, a uno mismo y a la Santísima Virgen María”. De inmediato, los fieles presentes levantaron sus teléfonos y registraron ese momento, transformándolo en un verdadero gesto comunitario de evangelización digital.

A pesar del calor, el espíritu de oración, recogimiento y alegría marcó toda la jornada. La fiesta de la Inmaculada volvió a reunir a la Iglesia de Santiago en uno de sus lugares más emblemáticos, renovando la fe, la esperanza y la confianza en María como Madre y guía del pueblo creyente.

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