Jubileo de la Espiritualidad Mariana y Piedad Popular: masiva celebración en Maipú

Dic 9, 2025

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El encuentro, reunió a peregrinos, integrantes de bailes religiosos, representantes de santuarios y diversas comunidades, quienes participaron en una procesión y Eucaristía donde se reflejó el cariño del pueblo hacia la Virgen y el llamado de monseñor Álvaro Chordi a vivir el Adviento con fe, constancia y espíritu de servicio.

Santiago, 9 de diciembre de 2025. Miles de peregrinos llenaron el Santuario Nacional de Maipú este 8 de diciembre para celebrar el Jubileo de la Espiritualidad Mariana y la Piedad Popular, una jornada marcada por la oración cantada, una procesión con la Virgen del Carmen y la Eucaristía presidida por Monseñor Álvaro Chordi, quien invitó a vivir el Adviento con la disponibilidad y constancia de María, ejemplo de fe para toda la Iglesia. El encuentro además fue el último jubileo que celebra la Arquidiócesis de Santiago, de cara al cierre que se realizará el 28 de diciembre en la Catedral.

Desde las 16:00 horas, el exterior del Santuario Nacional de Maipú comenzó a cobrar vida con la oración cantada jubilar, animada por «Rolando y Rosangela», e impulsada por las voces de Marcela Gael, Elizabeth Vega y el Coro San Gaspar.

Para Marcela Gael, cantante católica, esta participación tiene un sentido íntimo y profundo: “María Santísima ha sido una intercesora fiel en mi vida. Estoy consagrada a ella y amo cantarle; la mayor parte de mis canciones son marianas. Hoy vengo a agradecerle por tanto bien y por acompañarnos siempre”.

La espiritualidad mariana también se reflejó en el testimonio de Hermana María Isabel Morales Delgado, delegada adjunta para la Vicaría Pastoral: “Hoy cerramos el Año Jubilar como peregrinos de esperanza. Hemos venido como hijos a agradecer a María y a seguir celebrando que Jesús, nuestra esperanza, sigue marcando el rumbo de nuestra Iglesia en Santiago”.

Minutos después, con el sol comenzando a descender, se organizó la procesión jubilar. Encabezada por la imagen de la Virgen del Carmen y escoltada por los bailes religiosos, avanzó entre plegarias, cantos y muestras de fe. El templo se fue llenando progresivamente de todos quienes animaron alegremente la procesión, expresando su profunda devoción a la Virgen María.

Desde el área de Liturgia y Espiritualidad, Katiuska Cáceres destacó la profundidad de lo que se celebraba: “Esta fiesta es muy importante porque marca el término del Mes de María y coincide con la solemnidad de la Inmaculada Concepción. Toda la Iglesia se moviliza para agradecer y venerar a nuestra Madre, inmaculada y purísima. Hemos preparado este jubileo durante meses para vivirlo como Dios manda, poniendo todo el templo a disposición del pueblo de Dios”. Además, subrayó el rol de la piedad popular: “Los bailes religiosos, el canto a lo divino y los cuasimodistas expresan el amor vivo del pueblo hacia la Virgen. Hoy vemos una fe con mucha vitalidad: Maipú y toda la Arquidiócesis celebran con alegría y esperanza”.

El cierre llegó a las 18:00 horas con la celebración de la Eucaristía presidida por Monseñor Álvaro Chordi. En su homilía recordó que la vida cristiana se fortalece al mirar a María como ejemplo de humildad, fidelidad y constancia. “María nos enseña a reconocer a Dios en lo cotidiano y a mantenernos firmes incluso en las pruebas; su actitud ilumina este camino de Adviento”, expresó el obispo, invitando a los presentes a profundizar en estas virtudes.

“María nos enseña que la humildad y la ternura no son de los débiles, sino de los fuertes”, añadió, llamando a mantener viva la espiritualidad mariana como camino de justicia, esperanza y renovación.

Laura Riquelme de la parroquia Inmaculado Corazón de María, compartió: “Para mí la Virgen es lo máximo, la madre de todos. Hoy vine porque estaba en deuda con ella; no pude asistir todos los días al Mes de María por trabajo, y sentía que debía venir a agradecerle”.

Entre los peregrinos, Elena Negrete, de Ciudad Satélite, vivió la jornada con especial gratitud: “Me pareció precioso. Vine porque mi amiga hizo una manda por mí durante una enfermedad complicada. Sentíamos que teníamos que venir a agradecerle a la Virgencita. Hoy lo hicimos con mucha fe y esperanza”.

La celebración concluyó con la entrega de agua bendita y denarios por parte de los distintos santuarios de la arquidiócesis, un gesto de comunión que simbolizó el cierre del Jubileo de la Espiritualidad Mariana y la Piedad Popular.

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