Con una liturgia presidida por el cardenal Fernando Chomali, trabajadores del Arzobispado de Santiago se congregaron este viernes 25 de julio para conmemorar los 464 años de historia de la arquidiócesis, en una jornada marcada por la gratitud, el reencuentro y la renovación del compromiso evangelizador. El hito central fue la bendición e inauguración del nuevo Auditorio Papa Francisco, un espacio que renace desde la antigua Librería Manantial para convertirse en un centro abierto para la vida pastoral, cultural y formativa.
En la bendición, el arzobispo destacó la figura del apóstol Santiago como un hombre absolutamente entregado a la causa del Evangelio y recordó que el éxito de la Iglesia se mide en la medida en que sirve. “Nos va bien cuando las iglesias están llenas, cuando en los hospitales las personas sienten la misericordia de Dios, cuando alguien con hambre encuentra un plato de comida, cuando una persona migrante haya un espacio de acogida”, señaló el cardenal, quien invitó a todos los presentes a volver al origen de su vocación y a renovar el ardor por anunciar el Evangelio.

Recuperar un espacio para la comunidad
El nuevo auditorio, con capacidad para 200 personas y una arquitectura flexible, fue concebido como un espacio cálido y sustentable en sintonía con el llamado del Papa Francisco al cuidado de la casa común. El lugar recupera la estructura de un antiguo patio central techado en la década de 1930, transformado en librería en los años 80. Conserva elementos originales como su lucarna y parte del piso original, restaurado mediante una solución creativa con porcelanatos de contraste. “El proyecto fue promovido desde el inicio por el cardenal Chomali, quien vio en este lugar un potencial para revitalizar la vida eclesial y cultural de la ciudad. Quisimos develar la espacialidad original con gestos simples, ordenando y abriendo el espacio para que volviera a respirar”, explicó Karla Flores, directora del área de Arquitectura.
Durante la remodelación, que tomó cerca de ocho semanas, se rescató además un espacio contiguo que ahora funciona como biblioteca patrimonial, con libros rescatados de oficinas internas y estanterías originales de madera. Uno de los principales desafíos fue el sistema eléctrico, que obligó a hacer un levantamiento completo por la falta de planos, para asegurar una instalación segura y funcional, según relató Luis Magallanes, jefe de Operaciones.
Como es tradición en el aniversario, se entregó un reconocimiento a quienes cumplieron 15 años de servicio en la arquidiócesis. Recibieron su distinción Gabriela Aguirre (Curia Arzobispal), Edith Aravena (Servicios Generales), Boris Lagos (Archivo Histórico), Felipe Guala y Juan Olivares (Vicaría Pastoral Social), Luis Cáceres y Katherine Montalva (Vicaría Zona Centro), y Pedro Ortiz (Delegación Esperanza Joven). Además, se agradeció especialmente a la hermana Claudia Vargas por sus años de entrega y servicio en el área de Catequesis en Santiago.
El encuentro concluyó con un cóctel fraterno y la invitación a seguir trabajando con pasión y esperanza. “Tenemos todo un campo nuevo y fascinante en lo pedagógico, lo social, lo pastoral. Hoy más que nunca, Chile necesita una Iglesia con alma, que anuncie el Evangelio con alegría y profundidad”, concluyó el cardenal.












