Internos, voluntarios y capellanes del Centro Penitenciario Colina II, compartieron un encuentro lleno de vida, oración y esperanza, acompañado por la presencia del cardenal Fernando Chomali.
Santiago, 14 de agosto de 2025. Como parte de las actividades del Jubileo de la Misericordia para personas privadas de libertad, el Centro Penitenciario Colina II vivió un encuentro de profunda esperanza. Internos, voluntarios y capellanes celebraron la vida, la fe y la presencia viva de Dios en medio del dolor. En este contexto, el Cardenal Fernando Chomali, Arzobispo de Santiago, visitó el recinto para celebrar la Eucaristía y compartir con la comunidad penitenciaria, en un gesto que subraya que nos recuerda que nadie está excluido del amor de Dios.
A su llegada, fue recibido por las autoridades de gendarmería, quienes lo acompañaron por un recorrido al interior del recinto. Estuvieron presentes, el capellán Luis Valenzuela, el padre Nicolás Vial, director de Fundación Paternitas, y el presbítero Pablo García-Huidobro, Vicario de la Vicaría Pastoral de la Misericordia.
Jubileo de la Misericordia
La visita se enmarca dentro del Jubileo de la Misericordia, liderado por la Vicaría que busca estar presentes en los mundos donde más se necesita acompañamiento espiritual, como enfermos, adultos mayores, personas que viven duelos, y privados de libertad, siempre llevando la esperanza y el mensaje de Cristo.
En la homilía, el Cardenal Chomali ejemplificó el amor de Dios, con el cariño que las familias sienten por sus seres queridos. Contó que al llegar se sorprendió al ver a tantas personas esperando visitar a sus familiares internos: “podrían estar trabajando, pero están acá, porque son familia”.
“La Fe tiene una dimensión de locura, y al verlos a todos veo a Cristo. Por lo tanto, hay motivos para dar gracias a Dios”, puntualizó.
















Cultivar la esperanza
Antes de celebrar la Santa misa, los internos conversaron con el cardenal y pudieron también mostrar parte de los trabajos que realizan en los diversos talleres donde pueden aprender y desarrollar oficios. Mostraron su total dedicación en la confección de alfombras, cueros, costuras, etc. Contaron detalles de sus trabajos y le hicieron entrega de regalos fabricados por ellos: una alfombra con un diseño de una capilla, un pectoral y un bolso de cuero.
Inés Mardones, con nueve años de servicio en la pastoral carcelaria, compartió su experiencia: “aquí hay tanta necesidad de Dios, pero también tanta presencia de Dios. Se vive mucho amor e incluso quienes nunca habían escuchado hablar de Jesús experimentan la verdadera conversión. Este es un pedazo de cielo”.
Por su parte, el fundador y director de la Fundación Paternitas Chile, el padre Nicolás Vial Saavedra, destacó lo que representa esta visita para los internos y la sociedad: “Cada vez que hay un lugar donde se habla de esperanza y alegría, donde el sufrimiento se puede revertir, es maravilloso. Este grupo humano es privilegiado por Dios, y la sociedad debe entender que apoyarlos y darles oportunidades es un acto de cuidado y seguridad para todos”.
La capilla del Centro Penitenciario Colina II, reconstruida gracias a donaciones y al trabajo de la Iglesia, se ha convertido en un espacio de oración, retiro y acompañamiento espiritual, reafirmando la cercanía de la Iglesia con quienes viven privados de libertad.
En su mensaje final, el cardenal Chomali animó a los internos a aprovechar el tiempo de manera positiva y recordó la importancia de la esperanza: “no somos ingenuos, pero cultivamos la esperanza en este jardín de tristezas. Aquí y afuera siempre habrá alguien que puede ayudarlos”.