La Iglesia de Santiago celebró en la Catedral Metropolitana la Misa Jubilar del Mundo de la Educación y la Cultura, que reunió a colegios, universidades y comunidades educativas.
Más de treinta y cinco comunidades educativas se reunieron este miércoles 5 de noviembre en la Catedral Metropolitana de Santiago para celebrar la Misa Jubilar del Mundo de la Educación y la Cultura, presidida por el cardenal Fernando Chomali, en el marco del Jubileo de la Esperanza. Estuvieron presentes estudiantes, docentes y equipos pastorales de instituciones católicas, laicas y de educación superior, entre ellas la Universidad Católica, la Universidad San Sebastián, DUOC UC, y un representante de la Universidad de Santiago (Usach).
La celebración fue acompañada por el coro de niños y jóvenes de la Red Educacional Santo Tomás de Aquino. La Eucaristía fue concelebrada por sacerdotes capellanes de universidades y colegios, entre ellos el obispo auxiliar de Santiago, Álvaro Chordi, el vicecanciller de la Pontificia Universidad Católica de Chile, P. Osvaldo de Castro, y los capellanes de la Pontificia Universidad Católica de Chile y la Universidad Finis Terrae.
La Misa Jubilar del Mundo de la Educación y la Cultura fue el corazón de esta jornada jubilar, un momento para dar gracias al Señor por los dones recibidos, acoger la gracia de la indulgencia plenaria y renovar el compromiso con la misión de evangelizar a través de la educación y la cultura.
“Los colegios católicos no tenemos espacios para la superficialidad”
Durante su homilía, el Cardenal Chomali agradeció de manera especial la presencia del Instituto Nacional y del Internado Nacional Barros Arana, destacando su historia en la formación de generaciones de chilenos. “Gracias por estar aquí. Esta es su casa. Los queremos y los apoyamos”, expresó. Inspirado en el mensaje del Papa Francisco a los educadores, el Arzobispo recordó que “la tarea educadora es, ante todo, una tarea evangelizadora”, invitando a renovar la vocación de enseñar con sentido cristiano y profundidad espiritual.
En su reflexión, el cardenal presentó tres grandes caminos para fortalecer la educación: cultivar una vida interior profunda, usar la tecnología al servicio de la persona y construir la paz mediante el diálogo. “Los colegios católicos no tenemos espacio para la superficialidad, advirtió. Estamos llamados a cultivar corazones que oren, que piensen y que dialoguen con verdad”.
Finalmente, propuso tres gestos concretos para vivir el amor al prójimo en las comunidades educativas: desterrar el bullying, agradecer a los profesores al finalizar cada clase, y mantener las salas limpias como signo de respeto y gratitud. “Son gestos sencillos, pero profundamente evangélicos”, señaló.
Al finalizar la Misa, el delegado episcopal para la Educación y la Cultura, Gerardo Boetsch, dirigió unas palabras a los asistentes, inspiradas en la reciente carta apostólica del Papa León XIV sobre la educación. Invitó a las comunidades educativas a ser una “Diseñar nuevos mapas de esperanza” capaces de iluminar el mundo con esperanza y fidelidad al Evangelio. “Nos atrevemos a pensar en las constelaciones en su entrelazamiento lleno de maravillas y despertares. En ellas reside esa capacidad de navegar entre los desafíos con esperanza, pero también con una revisión valiente, sin perder la fidelidad al Evangelio. Queridos educadores y agentes de la cultura, que al volver a nuestras escuelas brillemos como estrellas en el mundo, manteniendo en alto la esperanza cristiana”, expresó.
La celebración concluyó con la bendición e indulgencia plenaria impartida por el cardenal Chomali a todos los presentes.
La Misa Jubilar del Mundo de la Educación marcó el segundo día del Jubileo de la Educación y Cultura, que continuará durante la semana con diversas actividades culturales y litúrgicas. La Iglesia de Santiago invitó a toda la comunidad educativa a peregrinar juntos hacia una educación que evangeliza, humaniza y construye esperanza.
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